El sur de Arcania, antes dominado por Midgard, ha caído en la depravación más absoluta y en el caos. Sus famélicos ciudadanos abandonan las ciudades en masa, huyendo a otras naciones, se lanzan al mar para convertirse en piratas o aguardan en los caminos para asaltar a los pocos comerciantes y gente de bien que todavía queda. Los que se quedan en las ciudades, arrasan los campos y las tiendas, saquean todo lo que pueden y viven en una decadente guerra civil por la poca comida que hay, entre la suciedad, los cadáveres y los ríos de sangre que inundan las calles. Un sacerdote llamado Gash'al ha empezado a expandir un culto a los demonios a cambio de alimento, algunos dicen que es carne humana lo que da de comer a sus fieles. El culto ha reclamado las antiguas tierras como su dominio, dándoles el nombre de Ashorn.